Sin lugar a dudas, la relación con nuestros padres determinará nuestro éxito en cualquier área de nuestra vida.

Casi todos hemos oído hablar de la importante relación que hay entre la madre y la abundancia económica, el padre y el éxito, también sabemos que, si yo como hija viví, por ejemplo, con un padre alcohólico, ausente o maltratador, y no he sanado esa relación, mis parejas tendrán alguno de estos patrones de conducta o similares. Aun cuando éste parezca ser muy diferente. Y si no los tiene, no importa, porque yo lo veré así.

Igualmente, en el caso de los hombres, si yo como hijo, viví con una madre manipuladora o que me maltrataba y esa relación no se sano, encontraré una pareja que me manipule, maltrate o controle y de nuevo no importará si lo hace o no, porque será mi realidad y lo que yo recibo.

En cualquier caso, la intención de hoy no es más que la de analizar la importancia de la relación con nuestros padres, en este momento de nuestra vida, para entender como nos están influyendo.

Amar a nuestros padres puede llegar a ser un arte, no diremos que es difícil, pero tampoco podremos decir que es precisamente fácil. Por cómo se ha construido la sociedad, tendemos a utilizar a las personas de nuestro alrededor, y éstas a nosotras para satisfacer sus necesidades.

¿Pero qué han venido a hacer mis hijos aquí? ¿O qué he venido a enseñar yo a mis padres?

El universo, tan sabio y perfecto en sí mismo, se encarga amorosamente de ponernos personas o situaciones constantemente que nos ayuden sanar, a conectar con nuestro poder interno, simplemente a SER.

Poniéndonos aprendizajes y experiencias que nos ayudarán a conectarnos con nosotros mismos, a soltar las creencias que nos limitan, y a perdonarnos por todo aquello que hemos experimentado. Cuanto más nos resistimos al cambio, a ese “tomar consciencia” de que todo lo que está fuera, está dentro, de que lo que debo hacer es sanarme yo, nuestro mundo cambia con más dureza, insistiéndonos en el aprendizaje.

Sí mi problema era la relación con mis padres, más y más empeorarán estás, hasta que ese dolor sea tan evidente que no podamos ocultarlo, hasta que tengamos que rendirnos y tomar consciencia de lo que está ocurriendo y empecemos a observarnos. Llegando así a materializarse ese dolor en el resto de relaciones.

Pues bien, si el universo nos pone en resonancia con aquellas personas que necesitamos, es para sanar todas aquellas heridas que estamos preparados para sanar. Deberíamos plantearnos si nosotros hemos venido a esta dimensión no sólo a aprender de todas estas personas, sino también a colaborar, en la sanación de nuestros padres.

Ahora y antes de que leas lo que es para mí, me gustaría hacerte una pregunta, ¿Qué es amar?
Amar, es permitirte ser, disfrutar del momento, un sentir de que todo cuanto sucede, o te rodea, es perfecto en sí mismo y no debes hacer nada para cambiarlo, confiar de un modo u otro que la vida te sostiene y cree en tí.

Quién dice Vida, dice Dios, Universo, sin ningún tipo de distinción. Hablando simplemente de esa gran consciencia cósmica que somos, el gran TODO.
Desde esta manera de entender las cosas, quizás llegó el momento de poner límites a toda relación que nos cause dolor, frustración, rechazo, rabia… No importa se llame mamá, papá, hijo, hija, marido, mujer… Son simplemente personas.
Más allá de eso, son cápsulas de consciencia, con una programación, que resuena con nuestro dolor más profundo, que han sido puestas por el gran Universo para que tengamos la maravillosa oportunidad de darles amor, y qué de ese modo, conectemos con nuestro poder celestial.
Estamos en este mundo para que el alma se experimente y vibre, así que, ha llegado la hora de permitir que TU CORAZÓN SUENE.

Y para eso, una de las cosas más importantes que debemos hacer, es sanar la relación con nuestros padres, que no tiene nada que ver con tener una relación en el plano físico, puedes tener una relación amorosa y dulce, con unos tus padres aun cuando estos no formen parte de tu realidad, ya sea porque fallecieron, porque nunca los conociste, porque se mantienen en el mundo del caos o porque simplemente no están.

“Sí todo lo que está fuera, está dentro y alguien de mi entorno está ausente, quizás soy yo, quien no estoy conmigo.” – Sami Osorio

Por ello, te animo a tomar consciencia de la importancia que tienen no solo tus padres, sino todas las relaciones, lo importante que es haber sanado cada relación, haber puesto limites en el plano físico a aquello que no deseamos y aprender a amar aquello que hemos elegido.

Te invito también a qué te plantes por qué el universo nos puso en resonancia, qué es lo que tenemos que aprender, el uno del otro, y saques el máximo partido así a nuestra relación cósmica.

Te mando un fuerte abrazo de luz y mis mejores deseos para este hermoso mes que vivimos.

Sami Osorio