La amistad, al igual que sucede con las relaciones de pareja o familiares, no es tarea fácil. De hecho, requiere más trabajo del que creemos. Y, con frecuencia, ni siquiera sabemos cómo elegir buenos amigos.
En ocasiones, nos gusta soñar con la romántica idea de que este tipo de relaciones surgen por sí solas. O que nuestra familia siempre estará ahí y que los amigos son para siempre. O que, tarde o temprano, el amor llegará a nuestras vidas. Craso error. Las relaciones han de trabajarse día a día. Minuto a minuto.
APROVECHA LA OPORTUNIDAD QUE LA VIDA TE OFRECE
La vida ha cambiado mucho en poco tiempo. Y, aquello que pensábamos que nos estaba garantizado, ya no lo está. Ni los trabajos duran toda la vida, ni las parejas son “hasta que la muerte nos separe”, ni los amigos son para siempre.
Cada día que pasa, las relaciones se vuelven más y más efímeras, más frágiles y, a la vez, también más intensas. Y son más intensas porque, por primera vez en mucho tiempo, tenemos la oportunidad de elegir a las personas de las que nos rodeamos, cambiando por completo nuestra experiencia en el mundo.
La vida nos ofrece hoy la posibilidad de elegir, de decidir y de vivir cada día tal y como deseamos. Aprovechemos entonces esta oportunidad única para diseñar la vida de nuestros sueños. Podemos actuar en consonancia con nuestro espíritu, valores y todo aquello en lo que creemos.
Somos tremendamente afortunados, no lo olvides. Nunca antes había existido tanta abundancia en el universo. Así que aprovechemos este momentum para elegir buenos amigos. Que son esas personas tan especiales que comparten nuestra vida.
PERO, ¿QUÉ ES EXACTAMENTE LA AMISTAD?
Los amigos no son lo mismo que los conocidos y en este pequeño matiz está la clave de todo. En la era de las redes sociales es fácil confundir una verdadera amistad de una simple relación cordial y pasajera. Se dice mucho eso de: “Tus amigos de Facebook, no son tus amigos.” y ¡qué gran verdad encierra esta frase!
Los amigos de verdad son aquellos que te conocen bien. Aquellos que están ahí cuando más los necesitas. Los que te aportan grandes dosis de risas, retos y buenos ratos a tu vida. Esos que siempre están presentes aunque no lo estén.
Y es que la amistad es de las pocas relaciones personales inmunes al tiempo y a la distancia. ¿A quién no le ha pasado aquello de encontrarse con un gran amigo a quien hace años que no veía y sentir que nada ha cambiado?. Es una de las sensaciones más maravillosas de la vida.
Sin embargo, un amigo puede serlo solo un minuto. Hablo de esa amistad que surge como cuando éramos niños y, sin conocernos de nada, nos poníamos a jugar de manera natural. O de esa otra amistad que, aún habiendo tenido un contacto frugal, tienes la sensación de haber conectado profundamente. Esos que sientes que son más que conocidos, aún cuando a veces, ni siquiera sabes su nombre.
CLAVES PARA ELEGIR BUENOS AMIGOS
A menudo, recibo consultas de clientes que, sin saber muy bien cómo, se encuentran rodeados de amistades que, lejos de sumar, les restan energía, alegría y felicidad. Y suelo dar algunas pautas para saber elegir buenos amigos:
1. Conócete a ti mismo: solo conociéndote, sabiendo quién eres y quién quieres llegar a ser, lograrás hacer elecciones acertadas.
2. Ten claro qué es lo que buscas: piensa de antemano en qué tipo de persona quieres tener como amigo.
3. Calidad sobre cantidad: más vale pocos buenos amigos que muchos malos amigos.
4. No te conformes con menos: recuerda la siguiente frase, cambiará por completo tu forma de entender la vida: “No eres una hormiga, así que no te conformes con migajas”. Confía en que cada persona tiene algo especial que ofrecerte pero siendo fiel a ti mismo, a tus ideales y a tus valores.
EL EJERCICIO que te ayudará a elegir buenos AMIGOS
Este es el ejercicio más sencillo del mundo, pero también el más poderoso. Todo lo que necesitas es una hoja de papel en blanco y un boli. Ahora, describe a esa persona que desearías tener a tu lado. En resumen, aquella que sería tu amigo ideal.
A continuación, haz una lista detallada de las cualidades que te gustaría que tuviera… sus valores, sus hábitos, sus aficiones, etc. Una vez hayas volcado en papel todo aquello que te llena el espíritu, llega la mejor parte: sal a “buscarlo”.
Sal a “buscar” a esos amigos que enriquecerán tu existencia en la Tierra y que te acompañarán en el camino. Pero debes “buscar sin buscar”. Es decir, desapegándote del resultado.
Quizás te suene raro eso de “buscar sin buscar” pero no se trata de ir rastreando por la calle a la caza de un amigo. De lo que se trata es de confiar en tu intuición. Escucha a tu corazón cuando sientas que deberías hablar con ésta o aquella persona.
Y, cuando conozcas a alguien nuevo, antes de apegarte demasiado, saca tu lista del bolsillo y comprueba que cumple con tus necesidades. De lo contrario, sé determinante y sigue tu instinto. Quizás la vida necesite algo más de tiempo para hacerte llegar ese amigo que mereces.
Recuerda: no te conformes con lo que venga, confía en que mereces lo mejor. Y, mientras llega ese buen amigo, no desesperes… y aprende a disfrutar de la soledad porque tu mejor amigo, eres tú mismo.
Te animo a que compartas este artículo con todas aquellas personas que podrían beneficiarse de esta comunidad de personas conscientes y abiertas a las maravillosas enseñanzas que nos regala Libertad Cuántica.
¡Gracias por estar al otro lado!